Señor Director:

Este 18 de septiembre recordamos 35 años de la muerte de nuestro querido amigo Miguel Kast Ritz, quien fue ministro de la Oficina de Planificación Nacional y ocupó otros cargos importantes.

Su principal sueño era terminar con la pobreza en Chile. Con este afán diseñó e implementó la transformación más profunda de este país junto con la económica. El plan involucró la construcción de nuevos instrumentos de medición social, políticas y programas sociales que estrictamente se focalizaran para beneficiar a los más pobres, pues en aquellos años los recursos eran escasos. El ingreso per-cápita era apenas de US$2.577 dólares aproximadamente, comparados con los US$25.740 que tenemos hoy. Lo que parecía sólo un tema de políticas públicas lo convirtió en una cruzada.

El plan se inició con la elaboración del Mapa de Extrema Pobreza, un gran aporte, que permitió conocer dónde estaban territorialmente ubicados los más importantes bolsones de pobreza. Seguido de aquello se construye la ficha de Estratificación Social (Ficha CAS), la cual nos permitió conocer con nombre y apellido quiénes eran los pobres y sus necesidades estratificadas. La pobreza adquirió una nueva dimensión, empezó a tener rostro humano. Por primera vez en el país se logró visibilizar a los pobres, su dimensión y alcance. Este arduo proceso de diagnóstico permitió saber dónde debíamos invertir los escasos recursos disponibles.

El gran líder de esta profunda y transformadora reforma fue Miguel. Destacó su tremenda visión y su capacidad para innovar en un escenario complejo y tensionado. Fue un adelantado, pues estos ejes estratégicos constituyeron desde antes de los años 80 las bases para los siguientes gobiernos en nuestros país -políticas sociales y políticas económicas complementarias- que son los principios consustanciales de las democracias modernas. Entendió que se debía re-distribuir el bienestar social y preparar las plataformas para emparejar la cancha. Es decir, dar a quien más lo necesita los recursos necesarios para que compita en igualdad de condiciones.

Este Plan de largo aliento inició el camino para terminar con la pobreza en nuestro país. No es casualidad que Chile registre un porcentaje de pobreza que pasó desde 1980 de 45,15% a 8,6% hoy. Los que trabajamos con Miguel sentimos que su obra está viva.

Desde aquí saludo a su familia con este sencillo, pero sentido homenaje.